LA MATA NO MATA

ROMPIENDO ESTIGMAS, CAMBIANDO NARRATIVAS

Problema:

Metódica se acercó a nosotros con un reto: ¿Cómo crear una campaña a favor de la regulación del cannabis en uno de los países más golpeados por el narcotráfico? Algunos estudios reflejaban que los colombianos estaban en su mayoría en contra de acabar con la prohibición de la marihuana para su uso recreativo. Y además, los colombianos habían crecido con las idea reproducidas por La Mata que Mata, una campaña creada en la primera década de los 2000, que estaba cargada de mitos y estigmatización sobre las drogas.

Reto:

Crear una narrativa que, alrededor de datos científicos, demostrara que el daño alrededor de una planta se podía convertir en oportunidades sociales y económicas para los colombianos.

Solución:

  1.  La primera piedra de La Mata no Mata fue una canción y una historia animada protagonizada por una madre y su hija. Si el narcotráfico es uno de los hilos dañinos que han tejido las últimas décadas de Colombia, la música y la familia cruzan el país una manera profunda y positiva. Si la marihuana se asocia a violencia y muerte, nosotros la asociaríamos a una oportunidad para el bien común, sobre todo para los más afectados por el conflicto. Si los mensajes mayoritarios eran estigmas y mitos, nosotros mostraríamos con datos qué dicen los hechos. Si todo el mundo conocía La Mata que Mata, resignificaríamos el ideario colectivo para desde algo conocido crear un nuevo concepto: La Mata no Mata.

  2. A partir de este jingle se levantó una plataforma para la recolección de firmas. Se sumaron actores respetados en Colombia, políticos, académicos, periodistas, gente que lucha por la justicia social desde los territorios, y se construyó una estrategia digital para convertir La Mata no Mata en tendencia en las redes.

  3. La oportunidad fue histórica: en el Senado y el Congreso colombianos estaba en marcha una iniciativa para regular el cannabis de uso adulto, que superó siete de ocho votaciones.  La Mata no Mata se consolidó más allá del momento político en una plataforma de referencia y en una narrativa que sigue mirando a un presente y un futuro diferente para Colombia, donde la planta se puede convertir en el eje de unas políticas sociales, económicas y de justicia para un país tan golpeado por la llamada guerra contra las drogas.